EL PROTAGONISTA
El Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula) es un pequeño y confiado pajarillo muy fácil de ver en una salida al campo o en cualquier parque y jardín de nuestras ciudades, sobretodo en invierno. Con una longitud que ronda los 15cm y una envergadura de alrededor de 20cm, es una de nuestras pequeñas aves más fáciles de identificar.
Macho y hembra son idénticos, con una característica mancha anaranjada que ocupa toda la cara y parte del pecho. Las alas y parte superior son de color pardo-oliváceo y el vientre blancuzco. Los ejemplares juveniles son de un tono pardo moteado uniforme hasta la primera muda, a finales de verano.
Se trata de un ave insectívora, que atrapa la mayor parte de alimento en el suelo, en forma de hormigas, arañas o gusanos. En invierno añade a su dieta bayas y frutas, e incluso semillas que consigue en los comederos destinados a otras especies.
En la mitad sur de la Península suele anidar en bosques de ribera y de montaña, llegando a los 2.000m en Sierra Morena. En la mitad norte es menos exigente, aprovechando cualquier tipo de bosque, jardín o huerto, evitando zonas secas y con poca vegetación.
Dependiendo de su territorio de distribución, se comporta como un ave sedentaria o migratoria. En la Península, es habitual que los ejemplares que viven a mayor altitud se desplacen en invierno a cotas más bajas para protegerse del frío. En cambio, un gran número de ejemplares residentes en el norte de Europa migran hasta tierras más cálidas en los meses invernales.
Petirrojo en su hábitat típico. Collserola. |
El nido se compone principalmente de hojas, hierba y musgo, con el interior forrado de plumas, pelo y pequeñas raíces. Suele instalarlo a baja altura, en arbustos, oquedades naturales o la base de algunos árboles. Dependiendo de la altitud y la latitud a la que se encuentre, el Petirrojo Europeo puede empezar la cría entre marzo y mayo y finalizar en junio-julio.
La hembra pone entre cuatro y seis huevos que incubará en solitario durante 12-15 días, mientras es alimentada regularmente por el macho. Después de la eclosión ambos progenitores alimentarán y cuidarán a los pollos durante otros 12-15 días. Es frecuente que en el caso de realizarse una segunda puesta, el macho siga atendiendo a los pollos de la primera durante un tiempo.
CONSERVACIÓN
La población estimada en España es de entre 2-3 millones de parejas reproductoras, con una tendencia positiva. Este aumento de la población es probable que sea gracias a la reforestación natural fruto del abandono del campo.
De todas formas, al igual que otras aves insectívoras, su salud puede verse seriamente afectada por el uso de insecticidas químicos.
Al ser un ave relativamente confiada y curiosa, no es difícil conseguir un acercamiento cuando hay comida de por medio. Recuerdo que en un curso de rastreo en Montserrat tuvimos durante un buen rato a un Petirrojo paseando felizmente entre los pies de los presentes, a ver si pillaba alguna miga que cayera de los bocadillos.
Como muchas otras pequeñas aves insectívoras, en invierno puede tener dificultades para mantener una temperatura corporal adecuada, debido a la escasez de alimento. Es curioso ver en esa época a ejemplares que parecen más rechonchos de lo normal... es debido a que ahuecan sus plumas para crear una capa extra de aire caliente entre ellas.
La forma más fácil y agradecida de ayudarlo es con la colocación de comederos en nuestras terrazas y jardines. Suele ser una de las primeras especies en aparecer y, gracias a su carácter confiado, de las más fáciles de observar y fotografiar.
En la entrada dedicada al Herrerillo Capuchino ya expliqué cuál sería la forma correcta de preparar y mantener un comedero, si no lo leíste, puedes hacerlo aquí.
LA FOTO
Excepto en la que se indica lo contrario, todas las fotos han sido realizadas en el hide de Horta (Barcelona) de Photo Logistics.
La foto protagonista de esta sección está hecha en mi balcón, en una sesión de prueba con la magnífica barrera infrarroja AMJ, del gran Antonio Martinez.
Después de varias visitas fugaces de un Petirrojo y un Colirrojo hembra, decidí colocar la barrera para probarla en plan casero, y acostumbrarme a su uso para ocasiones más "serias". La foto en si no tiene gran cosa, pero me encanta el detalle en las plumas y la postura del pájaro a punto de despegar.
Desgraciadamente, esa fue la primera y la última vez. En cuanto una familia de Tórtola Turca presente en el barrio descubrió la comida, llegaron y ahuyentaron a cualquier otro pájaro que intentara acercarse. A día de hoy, tres años después, aún las tengo cada día en mi balcón esperando su ración.
Utilicé dos flashes a baja potencia con el objetivo de congelar parcialmente el movimiento del ave, pero aprovechando la luz natural para que crease efecto de movimiento, aportando un poco de dinamismo a las fotos. Este método es realmente difícil, ya que cualquier movimiento del ave quedará reflejado en las fotos, pero cuando consigues lo que buscas da muy buen resultado.
1/200seg, f/6,3, ISO 160, Barrera IR y dos flashes |
Aunque se trate de un ave relativamente abundante y confiada, no deja de ser un animal frágil al que hay que tratar con el respeto que se merece, y fotografiarlo siempre según el Código Ético de AEFONA, en el que el bienestar del sujeto siempre está por encima de conseguir "la foto".
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