lunes, 30 de marzo de 2015

Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)





EL PROTAGONISTA
El Cernícalo Vulgar es un pequeño falcónido con las alas puntiagudas y la cola estrecha, de unos 35-40cm de largo y 70-80cm de envergadura. Esta especie, como otras rapaces, presenta un gran dimorfismo sexual, siendo las hembras más grandes y robustas que los machos, con un peso medio para ellas de 190gr, mientras los machos rondan los 155gr.

El plumaje del macho en el dorso y las alas es de color pardo con manchas negras. Las partes inferiores son de color crema y también punteadas. La cabeza es de un tono grisáceo con unas marcadas bigoteras oscuras. La cola es gris con una gran franja negra en el extremo. En cambio, la hembra es de un color pardo uniforme, también moteado. Las bigoteras son menos visibles que en el macho. Los jóvenes son muy parecidos a las hembras hasta que realizan la primera muda.

El Cernícalo Vulgar, como otros parientes (Cernícalo Primilla, Patirrojo, Americano, etc...) recibe su nombre de su vuelo característico: cuando busca alimento es capaz de "cernirse" en el aire, manteniéndose en una posición estática y aleteando con fuerza mientras otea el terreno. En este vídeo se puede apreciar claramente esta técnica.



Macho en vuelo cernido y posterior picado. Delta del Llobregat.

Su alimentación se basa principalmente en pequeños roedores, grandes insectos, algunos reptiles y ocasionalmente otras aves. Mientras mantiene el vuelo cernido, si localiza a una posible presa se lanza en picado sobre ella, aprovechando el factor sorpresa. Como otras aves, regurgita las partes no digeribles de sus presas (pelo, huesos, etc.) en forma de unas pequeñas bolas llamadas egagrópilas. Gracias a la disección de las mismas, es posible ver de qué se ha estado alimentando el ave, siendo habitual ver cráneos y huesos de pequeños roedores y las partes más duras de algunos insectos.

Se trata de una especie residente, que ocupa toda la Península, ambos archipiélagos y Ceuta y Melilla. En invierno esta población se ve reforzada por los invernantes procedentes de otras partes de Europa.

Aunque no es muy exigente en cuanto a su hábitat preferido, es más fácil encontrarlo en grandes espacios abiertos, como cultivos, pastizales, dehesas o arrozales. También es frecuente observarlo cerca de ciudades y carreteras.

Para su reproducción tampoco es muy exigente, pudiendo nidificar en árboles, cortados rocosos, antenas, torres eléctricas, cajas nido, edificios, ruinas... La puesta se realiza a finales de marzo o principios de abril y consta de entre tres y seis huevos, que principalmente incubará la hembra durante unos 28 días, con ayuda esporádica del macho. Los jóvenes empiezan a volar al mes de vida, pero no se independizarán del todo hasta agosto o septiembre.



Ejemplar juvenil/hembra oculto entre las ramas de una higuera. Delta del Ebro.


CONSERVACIÓN
Como todas las otras rapaces, el Cernícalo Vulgar es una especie protegida durante todo el año, que además es muy valorada por el control que ejerce sobre las poblaciones de roedores en los cultivos.

La población española actual se calcula en unas 18.000 parejas, lo que supone un descenso importante respecto a años anteriores, en que se calculaban alrededor de 25.000-30.000 parejas.

Entre las amenazas a las que se tiene que enfrentar se encuentran la destrucción de su hábitat, el abandono de los medios tradicionales de cultivo, la caza ilegal y el expolio de sus nidos por supuestos "amantes" de la especie.

El Cernícalo Vulgar es tradicionalmente el ave indicada para la introducción a la cetrería (caza con rapaces) por su pequeño tamaño y facilidad de aprendizaje. Aunque no es difícil encontrar criadores especializados donde adquirirlo de forma legal, es común el típico desaprensivo que prefiere vaciar un nido de una pareja en libertad para vender los pollos en el mercado negro. Por este motivo, siempre es recomendable mantener un cierto "secretismo" en la ubicación de cualquier nido que podamos encontrar, para evitar visitas indeseadas.



Hembra en el límite de un arrozal. Delta del Ebro.

Al igual que otras aves de presa, también se tiene que enfrentar a una alta mortalidad debida a los atropellos, las colisiones con tendidos eléctricos y el envenenamiento.

En caso de localizar un nido, siempre hay que proceder con el máximo respeto a sus inquilinos, manteniendo una distancia de seguridad en la que se sientan cómodos y evitando al máximo cualquier molestia. Con un poco de paciencia y la distancia adecuada se puede disfrutar de los continuos vuelos de los padres para alimentar a sus pollos, e incluso los primeros vuelos de éstos.



Juvenil/hembra en las inmediaciones de su nido.
Delta del Ebro.


LA FOTO
Desde siempre me han llamado mucho la atención los sitios abandonados y la fauna que se puede encontrar en ellos, así que cuando encontré una caseta abandonada en medio de un arrozal en el Delta del Ebro, no pude resistir la tentación de entrar a echar un vistazo.

A medida que me acercaba, pude observar a un ejemplar que alzaba el vuelo desde una de las paredes y aterrizaba un poco más lejos, en los límites del arrozal, así que aproveché para hacerle alguna foto. Al rato se posó en una higuera cercana a la caseta, donde después de un buen rato buscándolo, pude hacer la foto que aparece más arriba.

Al volver a la caseta, totalmente en ruinas, pude ver en el suelo varias egagrópilas que indicaban que allí estaba pasando algo interesante... al acercarme para coger algunas, escuché algo que se escondía por encima de mi cabeza. Como no tenía muy claro lo que estaba pasando, decidí alejarme y observar.

Al cabo de un rato, volvió el ejemplar que se había asustado al principio, y se colocó en el que más tarde descubrí que era su posadero favorito. Se empezaron a oír sus típicos "chillidos" en el interior de la caseta, lo que indicaba que posiblemente se trataba de un nido en uso. Decidí dejarlos tranquilos y volver al día siguiente.

Al día siguiente, me acerqué de la forma más silenciosa que pude (lo que no impidió que la madre me volviera a ver y saliera disparada), y al asomar un poco la cabeza por la puerta, descubrí que habían otros tres ejemplares, ya con su plumaje de subadulto. Visto lo visto, tenía menos de un minuto para intentar hacer alguna foto, así que apunté a través de la puerta y disparé. Dos de los pollos se escondieron en cuanto oyeron el sonido del obturador, y el tercero subió al borde de la pared, dispuesto a salir volando al menor indicio de peligro. Avancé tres pasos y pude conseguir la que hasta el momento es mi foto favorita de un Cernícalo (abajo). Después de eso, me alejé y continué observando desde la distancia las idas y venidas de la madre.





Como hemos visto anteriormente, la mayoría (o la totalidad) de las amenazas a las que se enfrenta el Cernícalo Vulgar son provocadas por el ser humano, lo que nos convierte en directamente responsables de su futuro. Se trata de una especie muy valiosa por el control que ejerce sobre las poblaciones de ratones, topillos o langostas, así que entre todos deberíamos contribuir a su protección en la medida de lo posible, aunque simplemente sea teniendo en cuenta cómo proceder al localizar un nido para no provocarles molestias.

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