Estos últimos meses no he podido dedicarme al blog todo lo que me gustaría, al menos de forma directa, pero sí que he podido ir preparando con calma algunas entradas "en la sombra", con un desarrollo algo más largo que buscar fotos de una especie en el archivo y ponerme a escribir sobre ella... empecemos con el que posiblemente sea mi anfibio favorito: la Salamandra Común (Salamandra salamandra).
EL PROTAGONISTA
La Salamandra es un anfibio urodelo (con cola) de un tamaño respetable, pudiendo llegar a los 25cm en los adultos. Su coloración aposemática, con manchas amarillas sobre fondo negro (con infinitas variaciones), avisa a los posibles depredadores de que se trata de un bocado desagradable debido al veneno que contienen sus glándulas parótidas, situadas detrás de los ojos las principales, y algunas más en el lomo.
Al contrario de lo que mucha gente cree, este veneno es inofensivo para el ser humano, provocando poco más que irritación en contacto con ojos o mucosas. Una adecuada higiene después de manipular a un ejemplar (y antes, ya llegaremos a eso...) es suficiente para evitar riesgos.
Además de usarlo como defensa, este veneno también ayuda a las Salamandras gracias a su acción bactericida y fungicida.
El cuerpo es rechoncho, con la cabeza relativamente grande y la cola y las patas cortas.
Se trata de un animal de costumbres, con territorios pequeños de los que no se suelen mover mucho, por lo que es fácil "coincidir" con el mismo ejemplar varias veces a lo largo de su larga vida, de unos 20 años en libertad, aunque se han documentado casos que han llegado hasta los 50 años en cautividad.
Durante los meses más cálidos del año, las salamandras buscan refugio hasta el otoño, cuando reaparecen aprovechando las lluvias y las temperaturas más frescas. Entre 5-18ºC es cuando se encuentran más cómodas. En zonas con inviernos más fríos o a más altitud, es frecuente que también hibernen.
La época reproductiva se divide en estos periodos de actividad, durante los cuales los machos buscarán activamente a cualquier hembra a su alcance.
Al contrario de la mayoría de anfibios, las Salamandras no ponen sus huevos en el agua, sino que su reproducción es ovovivípara, o incluso vivípara en algunos casos.
Excepto algunas excepciones que veremos luego, la hembra da a luz en el agua una media de entre 30-60 larvas de 3-4cm totalmente adaptadas para la vida en el medio acuático: con branquias externas (los penachos detrás de la cabeza) y una cola crestada que les sirve para nadar rápidamente en esa primera fase de su vida. He de decir que me encanta el aspecto de minidragones que tienen en esta fase.
Permanecerán en este estado entre dos y seis meses, dependiendo de la especie, la disponibilidad de alimento, oxígeno, etc. Tras este periodo, comienzan a metamorfosearse hasta su aspecto final de adulto (en miniatura). La madurez sexual no llega hasta los 3-4 años de vida.
Las larvas se alimentarán con voracidad de todos los invertebrados que tengan a su alcance, y en caso de necesidad, tampoco le hacen ascos al canibalismo.
Los adultos, más "relajados", disfrutan con lombrices, babosas, arañas... alimento relativamente blando.
En fase adulta, la Salamandra ha reabsorbido las branquias de su juventud y desarrollado unos pulmones muy rudimentarios, unas simples bolsas vascularizadas en las que se produce aproximadamente la mitad del intercambio gaseoso necesario. La otra mitad se realiza a través de la piel húmeda en contacto con el aire. En estivación/hibernación, la mayor parte del oxígeno necesario se absorbe por respiración cutánea.
En algunas poblaciones, aisladas en mayor o menor medida, se ha comprobado que las hembras se están viendo forzadas a una reproducción vivípara, en la que las crías nacen ya totalmente formadas.
Es el caso de las islas Cíes, donde la escasez de agua dulce podría estar forzando un pasito en la Evolución ante nuestros ojos, como se explica en este artículo: Darwin disfrutaría en las Islas Cíes.
Aunque la cantidad de descendencia es mucho menor en este caso (2-8 "miniadultos" contra 30-60 larvas), sí que podría facilitar la supervivencia de la especie, al dejar de depender de un recurso tan variable como el agua. Además, de las 30-60 larvas, lo más probable es que, con un poco de suerte, dos o tres lleguen a la edad reproductora.
En otras poblaciones se ha comprobado que esto puede suceder de forma excepcional, en casos de sequía por ejemplo. La hembra alarga la gestación, pero a cambio se produce el efecto del canibalismo intrauterino, donde las crías mayores se verán obligadas a alimentarse de las más débiles para conseguir la energía necesaria para realizar la metamorfosis en el interior de la hembra.
Otras salamandras famosas, son las de Oviedo: años de crecimiento de la ciudad han dejado una importante población de salamandras aisladas de sus parientes salvajes. Incluso desde fuera de nuestras fronteras se han interesado por estos simpáticos anfibios urbanitas.
Al igual que en las islas Cíes, se ha observado una gran presencia de reproducción vivípara en los ejemplares de la ciudad, pero no destriparemos la historia... mejor dejo el trailer del interesante (y recientemente estrenado) documental "Los últimos dragones de Oviedo", de David Álvarez y Jorge Chachero:
En la Península podemos distinguir varias subespecies, con esta distribución aproximada (Autor: Alberto González):
CONSERVACIÓN
Antes de entrar en terreno delicado, veamos otra curiosidad de las salamandras que hace que estén muy arriba en el ranking de los bichos más interesantes, su capacidad de regeneración:
Tanto las salamandras como los tritones (parientes cercanos acuáticos) son capaces de regenerar partes amputadas o dañadas de su cuerpo... y no sólo la cola, como las lagartijas, sino de cualquier parte de su organismo (incluso el cerebro o los ojos). En estado larvario se trata de un mecanismo que funciona a partir de células madre, en los adultos es algo más complicado. Podría intentar explicarlo o resumirlo, pero será mejor para todos que deje un resumen de un estudio llevado a cabo en Japón: Por qué las salamandras son las reinas de la regeneración de tejidos.
Aquí también podemos encontrar información al respecto, no sólo en el caso de las salamandras: Regeneración de extremidades, del Ajolote al ser humano.
Para quien le dé pereza entrar al enlace, el Ajolote es otro pariente de la Salamandra, en este caso del otro lado del charco. Una de las curiosidades de este animal es que pasa toda su vida en fase larvaria, incluso en edad reproductora.
Leí en algún sitio (no consigo encontrarlo) que se ha descubierto que este "parón" en el desarrollo del Ajolote es por la falta de una determinada hormona. Proporcionando esta hormona a ejemplares en cautividad, se ha podido ver cuál es el aspecto de un Ajolote metamorfoseado (tiene un aspecto similar a las salamandras gigantes americanas y asiáticas).
Este parón o desaceleración del desarrollo se conoce como Neotenia, y en casos excepcionales también puede darse en nuestras Salamandras: se han citado casos en que debido a la imposibilidad de acceder a tierra firme, se han visto larvas de salamandras de 10cm esperando el momento de finalizar la metamorfosis.
Entre las principales amenazas para la Salamandra, podemos encontrar a sus depredadores: Culebra de agua, Turón, Nutria y víboras son las amenazas más frecuentes para los adultos, mientras que para las larvas el peligro viene en forma de larvas de libélula, larvas de otros anfibios, cangrejo de río (el rojo sobretodo) y sus propios hermanos.
Entre las enfermedades, la más preocupante es la Quitridiomicosis, producida por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, del que ya vimos algún apunte en la entrada del Sapo Corredor. Este hongo afecta a la piel de los anfibios, impidiéndoles la respiración cutánea, y es considerado el causante del declive de un gran número de especies. En la Naturaleza poco podemos hacer por combatirlo, pero al menos podemos evitar contribuir a su propagación:
- Para empezar, evitar manipular a los animales. Para mí, eso es algo sagrado... prefiero perder la foto antes que manipular al animal y colocarlo en un fondo más "bonito".
- Si por el motivo que sea, no queda más remedio (en el caso de animales en peligro o atrapados), siempre es recomendable usar guantes de látex o nitrilo (siempre llevo algunos en la mochila por lo que me pueda encontrar).
A estas dos me las encontré al liberar a una de las larvas. Habían caído en un pozo (seco) que en esa época debería tener 1,20m de agua |
Otras amenazas son la pérdida de hábitat, los incendios forestales y las sequías... Y este último es el caso en el que entraremos a continuación.
Antes de seguir, debería recalcar que las Salamandras son una especie protegida y que en ningún caso está permitido mantenerlas en cautividad o comerciar con ellas. En caso de querer una como mascota, se debe acudir a un distribuidor autorizado y con toda la documentación en regla, donde se especifique que ese animal ha nacido y crecido en cautividad.
Tengo controlado desde hace un par de años un arroyo temporal en Collserola donde las Salamandras de la zona van a criar. Es raro ir y no encontrar alguna larva en el agua, además de renacuajos de otros anfibios que no me he puesto a identificar, la verdad.
Incluso en verano, con lo poco que llueve por aquí en general, hay un hilillo de agua que mantiene viva a esta comunidad. Dos pequeños saltos han formado sendas pozas en su base donde encontramos a los renacuajos de ranas y sapos, y otros "charcos" más pequeños donde se encentran la mayoría de larvas de salamandra.
A principios de abril, en una visita rutinaria, me encontré que las pozas "de los sapos" estaban a menos de 1/4 de su capacidad, y los "charcos" de las salamandras prácticamente secos. Este invierno en Barcelona ha llovido mucho menos de lo que debería...
A pesar de estar muy por debajo de su nivel, la zona de los renacuajos tenía agua suficiente para aguantar hasta las próximas lluvias, así que pasé algunas larvas de Salamandra ahí (ya había algunas), y otras me las llevé para casa, con la idea de "asegurar" y de paso documentar su desarrollo.
Con la ayuda de una amiga bióloga, un naturalista y un herpetólogo (gracias chic@s!), se les preparó un hábitat con agua limpia, aireador y piedras bajo las que esconderse, y a las que pudieran escalar llegado el momento.
Después de un par de días de adaptación, al ir a cambiar el agua me encontré con que a los dos ejemplares más pequeños les faltaba un trozo considerable de cola, así que dada la gran diferencia de tamaño entre las dos larvas más grandes y las dos más pequeñas, decidí separarlas para evitar males mayores.
Aún no había decidido cómo quería hacerles las fotos, la idea era montar alguna estructura transparente con el tamaño justo para poder hacerles algunas fotos de perfil. El tiempo se echaba encima, así que tuve que desechar esa opción y optar por algo más sencillo con lo que, sobretodo, tuviera que molestarlas y manipularlas lo menos posible. Al final, la mejor opción, aunque no la más estética, sería aprovechar el momento de cambiarles el agua, en que cada ejemplar estaba en su recipiente separado mientras limpiaba el "mini estanque".
Este primer ejemplar era el que estaba más crecido de todos, y el principal sospechoso de la amputación de la cola de sus "hermanos". También era mi favorito, no lo negaremos... Es el "tiburón" del vídeo de antes. Era insaciable, y el más atrevido de todos. Además, fue el primero en pillarme por sorpresa: El 20/4 por la noche todavía se le veían las branquias y nadaba felizmente, y el 22 por la mañana me lo encontré encaramado a una roca casi totalmente metamorfoseado.
Como no podía proporcionarles un hábitat en condiciones para acabar la transformación, decidimos que en cuanto prefiriesen estar en tierra a estar en el agua, sería el momento de liberarlos. Acabarían la metamorfosis en su lugar de nacimiento, donde tenían todas las condiciones a su favor (humedad, escondites y alimento). Y así fue con todas. Aquí están las demás:
Las fotos no están a una escala exacta, pero se puede apreciar el crecimiento, los cambios en la coloración, en las branquias, y, en el caso de las colas amputadas, su regeneración casi completa.
Todos los ejemplares fueron liberados en el mismo sitio donde se recogieron, dándoles la opción de elegir agua o tierra, y todas eligieron tierra... las sueltas también se realizaron aprovechando días lluviosos o a última hora de la tarde, intentando facilitarles los momentos óptimos para su supervivencia.
Una de las cosas que he podido comprobar al observar su desarrollo tan de cerca es que en condiciones óptimas como las que se les ofrecieron, la metamorfosis es sorprendentemente rápida: todas se adelantaron al menos dos o tres días a mis cálculos... en algún momento comienzan subir a la superficie a coger bocanadas de aire, y a andar más que a nadar, y sabes que esa es la señal de que el cambio se acerca...
LA FOTO
Para mí, la Salamandra siempre ha sido una de esas especies difíciles: o me las encuentro cuando no llevo la cámara, o me paso años sin ver una... Hasta ahora:
Día de lluvia, aprovecho para ir a liberar al tercer ejemplar, y a ver si de paso localizo alguna de las dos adultas que me encontré unos días antes, cuando solté a la segunda... de esas dos ni rastro, pero en un foso cercano, en 10m2 me encuentro a SIETE ejemplares. Al principio pensé que no podían salir, pero tal y como entro, veo a dos que se ponen a escalar sin ninguna dificultad una pared de 3m de alto cubierta de musgo, así que me despreocupo y saco la cámara.
Después de intentar fotografiar al mayor número posible "para la colección", localizo a una observando la vida pasar tranquilamente desde un tronco... me acerco, ni se inmuta, preparo cámara, flash... sonría, por favor!
Flash a la izquierda, 1/80seg, f/5, ISO640. |
Para mi, el desarrollo de los anfibios en general siempre ha sido una manera de poder presenciar la Evolución a pequeña escala: como un bicho con más cosas en común (en apariencia) con los peces, poco a poco se va transformando en un animal terrestre. El cambio de respiración branquial a pulmonar/cutánea, los cambios físicos, sobretodo en el caso de los renacuajos... es como ver acelerado un proceso que llevó miles de millones de años... en pocos días. Una ventanita al pasado.
Y quién sabe, a lo mejor las Salamandras de Oviedo o de las islas Cíes son una ventana al futuro... puede que en 1.000 o 10.000 años el viviparismo en esta especie sea la norma, no la excepción... si no las extinguimos antes.